Podría alegar que necesito confiar, intentarlo, que me gusta solucionar las cosas, que necesito tener las historias zanjadas. Podría señalar que las personas cambian, la vida cambia, y que todos merecemos una nueva opción. Pero la razón principal, la fundamental para dar una segunda oportunidad es solo una: Yo también me equivoco.

jueves, 9 de junio de 2011



Esto es un fracaso. He vuelto a mi peso inicial, y ya no se que hacer. No tengo fuerza de voluntad, y ni si quiera soy capaz de vomitar. No tengo apoyo y tampoco lo encuentro. Estúpida de mí por creer que podía con esto... GORDA.

domingo, 5 de junio de 2011

Cada vez que veo este video me pongo a llorar como una tonta... ¿Por qué?


lunes, 30 de mayo de 2011


No soy una chica a quien las cosas le fueron difíciles en la vida: nunca me tocó sufrir problemas de dinero, ni divorcios de padres, ni problemas escolares, digamos que siempre tuve una vida lo suficientemente calma como para aburrirme hasta límites insospechados. Lo cual no quiere decir que haya tenido una vida perfecta: muy por el contrario: creo que tanto aburrimiento y tanto “no pasa nada” me llevaron a angustiarme por la nada misma. Ahora estoy muerta de miedo. Acojonada. Me aterroriza pensar que voy a pasarme el resto de mi vida en este cuerpo. No tengo fuerza.